Viaje a la India
Te voy a contar la verdad. Vuelvo de la India con un sabor de boca que no me esperaba. La semana pasada visité por primera vez New Delhi y Mumbai, dos urbes que más que en expansión creo que están en explosión, con ese caos como el que experimenté en mi viaje a Vietnam y que caracteriza las grandes ciudades de países del sur de Asia.
Está claro que la pobreza es muy dura y la historia de un pueblo colonizado puede teñir el carácter, pero no sé por qué yo tenía una concepción de la India y de su pueblo muy naíf. Esperaba encontrar la filosofía del yoga, tal como yo la entiendo, impregnando las calles y su gente. La realidad con la que me he encontrado no es tan idílica.
Este país es ENORME y su cultura es muy compleja y diversa. Sólo en New Delhi viven 11 millones de personas y a diario se concentran más del triple de esa cantidad si contamos las dos ciudades satélite que tiene alrededor.
Mi experiencia se reduce a New Delhi y Mumbai, las dos únicas urbes que he podido pisar y me han mostrado la realidad del desarrollo desmesurado de este país. Por un lado, nos hemos sentido arropados y cuidados por todo el equipo de FIFA India con el que hemos trabajado, pero por otro, en las calles yo percibía, quizá por mis rasgos caucásciso los hombres clavaban su mirada en mí de una forma que me hacía sentir violenta. Pero, como he dicho, India es un país muy grande y espero que precisamente por eso esta haya sido una percepción de la parte más minúscula de este increíble país.
Aunque estas ciudades están impregnadas de tradición, en este viaje no he tenido la oportunidad de empaparme de la India milenaria, la que me hacía ilusión descubrir de primera mano entendiendo que hay todo un mundo por explorar. Cada región de las 29 en las que se divide actúa como un estado federado, sumando entre todos ellos hasta 22 lenguas oficiales obligando a utilizar el inglés para la comunicación oficial y facilitar el entendimiento.
Cuando acompaño a mi pareja, Carles, en estos viajes de trabajo, no sólo lo hago en calidad de consorte sino que también me pongo la gorra de community manager por unos días. Es algo que disfruto mucho, porque me encanta documentar y dar forma a las historias que vivimos y que suceden a nuestro alrededor en estos días tan intensos. El motivo de este viaje era promocionar la FIFA U17 World Cup que este año acogerá India. La agenda de eventos y acciones ha sido tan apretada que el único momento que tuvimos libre lo dedicamos a visitar el Taj Mahal. No nos lo queríamos perder, y no nos defraudó. Fue un kit-kat maravilloso de contemplación de belleza. Y aunque fuese bajo unos sofocantes 46ºC y nos levantáramos a las 4 de la mañana para ir a visitarlo, mereció la pena.
Reconozco que ya estoy pensando en regresar para experimentar lo que me encantaría experimentar en este país, practicar yoga. Porque desgraciadamente sólo pude seguir con mi auto-práctica a pequeños ratos y desde el hotel cuando lo que hubiera deseado es ir a un centro local para practicar yoga en su lugar de origen, conocer cómo los nativos yoguis implantan las clases y trasladan su conocimiento y ver cómo viven la filosofía del yoga… ¡Así que tendré que volver!
V.