Crecer juntos

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CUANDO NACE UN HIJO,
TAMBIÉN NACE UN PADRE O UNA MADRE

El yoga para niños y la disciplina positiva se han convertido en los dos pilares sobre los que me apoyo para educar a mis hijas. Estas dos filosofías ofrecen herramientas para afrontar el día a día y relacionarnos con nuestros hijos desde el respeto, el sentido común y el amor. Con el tiempo contribuyen a que nuestros hijos crezcan más conscientes, tranquilos y seguros de sí mismos y aprendan a gestionar mejor emociones como la rabia, la frustración, la ansiedad o la impaciencia.

De la mano de Angélica Joya y Catherine Esteve, expertas en disciplina positiva y en yoga para niños, os cuento cómo estas dos disciplinas me ayudan en la educación de mis hijas y comparto las bases educativas y los ejercicios a los que recurro para transmitirles valores como la serenidad, la empatía, la compasión y el equilibrio físico y mental.

Compartir con vosotros mi viaje y mi aprendizaje era un deseo largamente acariciado. Como me había pasado antes con el yoga, cuando descubres algo que te conduce a un mayor bienestar vital en todos los sentidos, no puedes esperar a compartirlo con quienes te rodean. Porque creo que lo mejor que podemos hacer en este mundo lleno de malas noticias es compartir las cosas buenas. Al menos eso.
V.

¿QUÉ ES LA DISCIPLINA POSITIVA?
La disciplina positiva es un modelo pedagógico basado en el respeto, la conexión y el aliento que persigue formar a niños y jóvenes para que se conviertan en adultos responsables, respetuosos y capaces. Esta filosofía educativa entiende que todo ser humano merece ser tratado con igual dignidad y sostiene que, para encontrar nuestra motivación vital, todas las personas necesitamos sentir que pertenecemos al grupo y que somos útiles.

¿EN QUÉ CONSISTE EL YOGA PARA NIÑOS?
El principal objetivo es que se familiaricen con los conceptos fundamentales de esta filosofía. El yoga enseña a los niños a escucharse y observarse, a tratar su cuerpo con amabilidad y respeto y a usar bien la respiración, adaptando la práctica de manera natural al crecimiento constante del niño y a la etapa de desarrollo en la que se encuentre. Es una herramienta para el futuro que les ayudará a convertirse en adultos sanos, tanto física como mentalmente, equilibrados y capaces; pero también para el presente, ayudándoles a encontrar momentos de calma, a desarrollar una buena postura y a crecer fuertes y flexibles.

DETRÁS DE UNA DETERMINADA CONDUCTA HAY UN MENSAJE, UNA DEMANDA, POR PARTE DEL NIÑO.

LA CLAVE ES ESTAR DISPUESTOS, COMO PADRES Y MADRES, A DESAPRENDER MUCHO DE LO QUE SABEMOS Y EMPRENDER, JUNTO CON NUESTROS HIJOS, UN CAMINO DE APRENDIZAJE CONSTANTE